Enfóquese en Jesús
(Focus On Jesus)
Jesús debería ser nuestro foco, no las cosas que hacemos por Él o para Él, no las actividades religiosas, ni la gente, sino la persona de Jesús, el Señor y el Cristo.
1º
CORINTIOS 1:9
9 Fiel
es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo
nuestro Señor.
Ir a las reuniones religiosas no debería ser el foco de nuestras vidas. Ellas se justifican sólo si nos ayudan a conocer a Dios mejor y nos equipan para hacer la voluntad de Dios de una mejor manera.
Nuestro “dar” no debería estar motivado principalmente “para que el Evangelio se extienda”, o para suplir las necesidades de la gente, sino que debería ser antes que todo, una expresión de adoración a Jesús y de obediencia a Él.
El foco de nuestra vida debería ser complacer a Jesús.
COLOSENSES
1:15-18
15 El es
la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
¿Tiene Jesús la preeminencia en su agenda? ¿en su corazón? Si no es así, ¿por qué no lo tiene?
La Biblia enseña que debemos ser fieles. Pero, ¿fieles a qué? ¿A un sistema religioso, a una organización…o a una Persona? ¿Está Usted sirviendo a Jesús…o está sirviendo a algo más como un sustituto de Él?
No Sirva a la Gran Comisión
Tenemos efectivamente una “Gran Comisión”: Hacer discípulos de tal manera que podamos predicar el Evangelio a toda criatura. Pero no olvide que Dios nos dio también otros mandamientos, y todos ellos son igual de importantes. Y, recuerde también que Jesús es el Señor de la cosecha de la Humanidad: No nosotros.
MATEO
9:37-38
37
Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros
pocos.
38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
Dios es el Señor de la cosecha, así que Él es más grande y más importante que la cosecha en sí.
Recuerde:
* Usted y yo no somos el Señor de la cosecha. Dios lo es.
* A Dios le importa más la cosecha que a nosotros mismos, de hecho dio su vida para comprar a la humanidad.
* Dios sabe más de lo que nosotros sabemos. Él es capaz de planear y llevar a cabo una cosecha exitosa…nosotros no.
* La cosecha es de Dios, no nuestra.
* Por lo tanto, debemos enfocarnos en Él y dejarle ser Señor de todo lo que hacemos.
La razón por la cual Jesús nos dijo que oráramos al Señor de la cosecha no fue para convencer a Dios de hacer algo, sino para que pasáramos tiempo en Su presencia orando, mirándolo a Él, y aquietando nuestros corazones, para estar dispuestos a recibir Su guía al respecto.
Escuché a un famoso ministro decir que su objetivo era ganar tanta gente como fuera posible para Jesús. A pesar de que comparto tal deseo, yo no tengo el mismo objetivo.
Mi objetivo es caminar con Dios y obedecerle. Aunque el resultado lógicamente será ganar tantas personas como sea posible para Jesús, esto pudiera ser hecho de una manera que yo no hubiera planeado.
Estoy diciendo que Jesús es Señor y sabe más que yo. Por tanto yo no debería tomar sus mandamientos y ponerme a pensar cómo puedo hacer para cumplir su voluntad según mis propios esfuerzos. Yo necesito habitar en Él y dejar que él guíe cada paso que doy. No debo guiarme por mi propio entendimiento, sino confiar en Él con todo mi corazón.
Un Miembro del Cuerpo
Piense cuán difícil sería para Usted lograr algo, si cada miembro de su cuerpo hiciera como bien le pareciera, en vez de obedecer las órdenes de su cerebro (Es necesario entender y aplicar esta verdad al Cuerpo de Cristo).
1º CORINTIOS
12:12
12 Porque
así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del
cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
EFESIOS
1:22-23
22 y
sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia,
23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Cada uno de nosotros es solamente un miembro del Cuerpo de Cristo. No somos la Cabeza: Jesús lo es. Él es tanto responsable como capaz de coordinar todo lo que hacemos, de tal manera que nuestras acciones cumplan el resultado que Él desea. Cada miembro del cuerpo es diferente y cumple una función diferente, pero todos son necesarios para que el cuerpo funcione apropiadamente.
ROMANOS
12:4
4 Porque
de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los
miembros tienen la misma función,
Ponga a Dios primero
MATEO
22:36-40
36
Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
El mandamiento más importante es amar a Dios con todo nuestro ser. Amar a la gente, es muy importante, pero está en segundo lugar, de acuerdo a lo que Jesús enseñó. En la práctica, amar a Dios resultará en que amaremos a la gente también -ya que Dios ama a las personas.
Cuando tenemos nuestras prioridades mal puestas –poniendo a la gente y sus necesidades antes que Dios-, habremos perdido el plan de Dios, y seremos poco efectivos en ayudar realmente a la gente, comparado con lo que podríamos haber hecho si hubiéramos puesto a Dios primero.
Yo no me define a mí mismo como un “Cristiano de la Gran Comisión”, o como Bautista, Católico, Pentecostal o cualquier otra denominación. No estoy en contra de ellos, ni tampoco los critico. Yo estoy determinado en seguir a Jesús y obedecerle. No pondré a nadie más que a Jesús como mi más alta prioridad.
Mi más alta prioridad es Dios y soy un creyente en Jesucristo.
Soy un seguidor, o discípulo de Jesús porque creo en Él.
¡Jesús es Señor!